Marc Sautet au Café des Phares (Paris 1994) Photo: Wolfgang Wackernagel

jueves, 16 de noviembre de 2017

Día mundial de la Filosofía 2017 - IES Juan de la Cierva (Vélez-Málaga)



Declaración de París a favor de la Filosofía y de su enseñanza (1995), aprobada por la UNESCO:

“(…) Señalamos que los problemas de que la filosofía se ocupa son los problemas universales de la vida y la existencia humanas;

Creemos que la reflexión filosófica puede y debe contribuir a la comprensión y la orientación del quehacer humano

Consideramos que la práctica de la filosofía, que no excluye ninguna idea del libre debate y se esfuerza por establecer definiciones exactas de los conceptos utilizados a fin de comprobar la validez de los propios razonamientos y efectuar un examen riguroso de los ajenos, permite a todas las personas aprender a pensar con independencia

Hacemos hincapié en que la enseñanza de la filosofía estimula la apertura mental, la responsabilidad civil, el entendimiento y la tolerancia entre las personas y los grupos; 

Insistimos en que la educación filosófica, al inducir a la independencia de criterio, la reflexión y la resistencia a las diversas formas de propaganda, prepara a todas las personas a asumir sus responsabilidades ante las grandes cuestiones del mundo contemporáneo, especialmente en el plano ético

Confirmamos que el fomento del debate filosófico en la educación y la vida cultural constituye una aportación primordial a la formación de los ciudadanos al poner en ejercicio su capacidad de juicio, que es fundamental en toda democracia

Así pues, comprometiéndonos a hacer todo lo que podamos en nuestras instituciones y en nuestros países respectivos para lograr estos objetivos, declaramos lo siguiente: 

Todo individuo debe tener derecho a dedicarse al libre estudio de la filosofía bajo cualquier forma y en cualquier lugar del mundo;

La enseñanza de la filosofía debe mantenerse o ampliarse donde ya existe, implantarse donde aún no existe y ser nombrada explícitamente con la palabra “filosofía” (…).”

LA FILOSOFÍA NO ESTÁ DE MODA, PERO SE VA A PONER DE MODA...


FILOSOFÍA SÍ

SÍ, AL AMOR A LA SABIDURÍA

domingo, 12 de noviembre de 2017

¿Qué espera de los jóvenes la sociedad?


Café Filosófico en Vélez-Málaga 9.1
20 de octubre de 2017, Cafetería Bentomiz, 17:30 horas.



Unas sabias palabras, venidas tanto de oriente como de occidente, nos advierten de la conveniencia de esperar sin esperar. Quiere decirse que la mejor manera de esperar algo bueno del futuro consiste en no mantener expectativas muy definidas, sino más bien concentrar la atención en el presente, pues situarse en un futuro deseado, suele arruinar el futuro que me cabe esperar. La presión interna y egoica para que suceda algo en particular que tanto deseo, me impedirá apreciar las oportunidades del futuro presente, cuando arribe a mi vida. Me pesará excesivamente mi futuro pasado. Una presión que no me dejará vivir aquello que alienta en cada momento, instante a instante. Sobre este fondo sentido se desarrolló el encuentro filosófico que inauguraba la temporada, y también el final de la cuenta de diez cursos realizándose la actividad ciudadana de los cafés filosóficos. Fue la presión que sintieron la mayoría de los abundantes jóvenes allí reunidos en nuestra sede de invierno, la Cafetería Bentomiz, cuando comenzó a hablarse aquella tarde de las expectativas de la sociedad para con los jóvenes, qué se esperaba de ellos. Y hay que subrayar que tales expectativas emergen de las frustraciones, de los miedos, de los deseos de los adultos. Las expectativas surgen en el sujeto que las tiene pero se proyectan en la forma de presión medioambiental al objeto de las mismas, en este caso, los propios jóvenes. Pero, ¿qué tendrán que decir los jóvenes? ¿Cómo percibirán dicha presión social? ¿Será para ellos un amazonas con abundante cuenca fluvial o, más bien, un cauce rígido, unilineal, por el que todo joven habría de transcurrir ineludiblemente para poder realizar su vida satisfactoriamente? Acompáñanos, pues, en este viaje.


LEER MÁS...

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Heráclito, el claro

Heráclito, el claro

¿Por qué eran tan misteriosos los oráculos antiguos? Tan herméticos. Porque no te brindaban lo que esperabas, una respuesta clara y diáfana acerca de tu futuro. Eran oscuros, como la oscuridad que anida en tu interior. Tanto como tu desconocimiento de ti mismo. Pues, si sabes de ti, también sabes de tu futuro. “Conócete a ti mismo y conocerás el universo y los dioses”, rezaba en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos. Un oráculo había de ser descifrado, había de ser interpretado, la respuesta no se daba acabada, no estaba hecha. Tú tenías que dar sentido al oráculo. Tú habías de dar sentido a tu vida, a través de la conciencia con que te ponía en contacto el oráculo. Un elevado nivel de conciencia. Si te sitúas ahí, más arriba, observando tu vida desde la altura de la de la perspectiva cósmica, el oráculo resulta transparente. Ocurre lo mismo con los fragmentos conservados de Heráclito de Éfeso, El Oscuro, el claro. Los restos transmitidos por otros autores de su discurso Sobre la naturaleza (Physis) son difíciles o claros, en función de lo abierto que uno esté a su propia experiencia. Si cerrado a sí mismo, texto críptico y divino; si abierto a uno mismo, todos -o casi todos- textos humanos y evidentes.

El camino hacia arriba y hacia abajo es uno y el mismo.

La enfermedad hace suave y buena la salud, el hambre la saciedad, la fatiga el descanso.

En los mismos ríos ingresamos y no ingresamos, estamos y no estamos.