Marc Sautet au Café des Phares (Paris 1994) Photo: Wolfgang Wackernagel

sábado, 22 de julio de 2017

¿Para qué el error?


En un Café filosófico no hay errores, todos son aciertos. El error posee una razón de ser, que la discusión filosófica ha de indagar. Todo es aprovechable. Lo mismo en la educación. Por eso Sócrates es el mejor maestro. Pero también en la vida. La filosofía es como la vida. Es una forma despierta de vivir. Así que es muy posible que, en la vida, detrás de un error haya siempre una verdad, latiendo, instruyendo. Uno de nuestros mayores retos, como seres vivientes, quizás sea integrar conscientemente nuestros errores, porque integrados en mi vida ya lo están de suyo. ¿Acaso sería yo ahora el mismo sin mis errores? ¿Y cuándo me siento yo mejor, que cuando logro vislumbrar la verdad escondida tras un error mío? Entonces, estoy en buena disposición para decir lo que he de decir, hacer lo que he de hacer. Entonces, me siento muy a gusto conmigo mismo, muy satisfecho de mí. Estoy en la verdad y desde ahí siento, hablo y actúo. Estoy en mí, aposentado en mí. Ahí no hay desdicha, no hay drama. Hay plenitud y goce sumos.


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