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Cristóbal Toral, D ́ Après La Familia de Carlos IV, 1974-75. Óleo sobre lienzo. 212x240 cm. |
Queridos amigos y amigas, ya está marcha la segunda serie de cartas, en este caso sobre la democracia actual, que olvidamos que no es perfecta pero sí perfectible. Y esto depende de nosotros, la ciudadanía madura y despierta. Con todo lo que está cayendo sobre la convivencia y con todos esos usos y costumbres de la mala política, tan arraigados en el panorama actual, algo debemos hacer nosotros... los sujetos de la verdadera política. Los políticos profesionales no van a reformar sus propias reglas del juego, que les vienen muy bien para alcanzar alternativamente el poder y atrincherarse en él todo lo que puedan. Así que, más allá de ideologías, de izquierdas y de derechas, la polarización, ese juego macabro para que el ciudadano medio tenga que elegir entre lo malo o lo peor, habría que cambiar esos hábitos de la política al uso, esas estrategias, que ya no buscan lo mejor, el bien y la verdad y la justicia para la comunidad, sino lo que les interesa como partidos o partidarios políticos (o individualmente), así que, decimos, esto o lo arregla el pueblo o no lo arregla nadie, como decía que solía pasar en España Ortega y Gasset. Quien escribe, al menos, tiene nostalgia del movimiento 15M... no sé vosotros y vosotras. Bueno, pues tenéis la oportunidad de reflexionar juntos sobre este ramillete de problemas actuales, si participáis en este diálogo...
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