¿Para qué nos reunimos?
Para investigar juntos dialogando, para hacernos preguntas y buscar la verdad, para escucharnos y enriquecernos con otras posibilidades, para pensar y vivir sabiendo cómo vivimos, para conocernos mejor a nosotros mismos y, por supuesto, para disfrutar del momento.
¿Para qué no nos reunimos?
No para debatir posturas contrapuestas, ni ganar ninguna competición. No para decir cada uno lo que le venga en gana, sin tener en cuenta al otro. No para soltar una conferencia o un discurso. No para alardear de lo listo, lo original o lo estupendo que somos. No para imponer nuestras opiniones a otros. No para pasar un mal rato, está claro.
¿Cómo nos organizamos?
● Cualquiera de las personas asistentes puede plantear un tema o un problema filosófico, que luego transformaremos juntos en una pregunta clave.
● Entre todos se elige la cuestión que haya tenido mayor aceptación, y la persona que la había propuesto puede comenzar la reflexión conjunta
● Habrá un/a moderador/a, que será el/la encargado/a organizar el turno de palabra y de encauzar la discusión o de realizar o pedir alguna aclaración, si es necesario.
● La intervención de cada persona deberá ser lo más breve posible, para que todos los que lo deseen puedan participar
● Es muy importante no interrumpir y ser muy respetuoso con el turno de palabra y las opiniones de los demás
● No hay que alcanzar conclusiones, pero sí podemos evaluar al final el trabajo realizado durante el encuentro
● Y, por supuesto, tomaremos café u otra cosa
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