Marc Sautet au Café des Phares (Paris 1994) Photo: Wolfgang Wackernagel

miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Sólo la nueva y sofisticada tecnología puede salvarnos?

El perro es capaz de detectar el cáncer de colon en el aliento y heces del enfermo


E. DE B. - Madrid
EL PAÍS - Sociedad - 01-02-2011

A este paso, los oncólogos van a tener que pasar consulta con uno o varios perros a su lado. O no lo harán, pero podrían, porque estos animales han demostrado que, si se les entrena bien, son capaces de detectar el cáncer en personas. Lo ha hecho un labrador de la Universidad de Kyushu, en Fukuoka (Japón), que ha identificado qué muestras de aliento y heces corresponden a pacientes con cáncer colorrectal. Los resultados los publica hoy la revista Gut (Intestino en inglés), del grupo del British Medical Journal.

Para el ensayo se contó con muestras de 48 personas con cáncer de colon y otras 258 sanas o que ya lo habían superado. Entre los enfermos, los había que estaban en un estado inicial, y otros ya en una situación avanzada.

El animal tuvo que superar 74 tandas de pruebas, en cada una de las cuales tenía que identificar, de cinco muestras, cuál era la de la persona con cáncer. Y salió muy bien parado. Cuando se le presentaron las heces, acertó en 37 de 38 casos. Cuando se usó el aliento exhalado, identificó 33 de 36. Estas tasas de acierto, por encima del 95%, son comparables a la de la prueba convencional para detectar este tipo de tumores, que consiste en hacer una colonoscopia para identificar las lesiones, indican los autores del ensayo, algo que, sin duda, es mucho más molesto para el paciente.

Ya en 2006 hubo un caso de un perro capaz de oler el cáncer de mama y de colon, y antes con melanoma, lo que confirma que hay una capacidad ahí por potenciar. Pero más que eso (la imagen de un paciente siendo olisqueado por una jauría de perros, cada uno especializado en un tumor, no se va a producir nunca), este ensayo afianza dos ideas.

La primera es que las células cancerígenas emiten señales bioquímicas que se pueden recoger fuera del paciente. Ahora falta identificarlas (no se sabe qué huele el perro). Esto ayudaría a una detección sencilla de los tumores. La segunda es que, con un aparato con la sensibilidad de la nariz de un perro, se podrá avanzar hacia el diagnóstico precoz.

2 comentarios:

  1. Hasta ahora la técnica había servido para ampliar el radio de acción de nuestros sentidos (telescopio), de nuestro aparato óseo-muscular (motor) o de algunas funciones vicarias de nuestro cerebro (calculadoras, ordenadores). Ahora parece que también desea ampliar nuestro limitado umbral sensorial mediante el recurso de adentrarnos en los umbrales sensoriales de otras especies. Recuerdo aquel pasaje del Doktor Faustus de Mann en el que el protagonista, Adrian Leverkuhn, avisa a su perro de su llegada a través de un silbato no audible por los seres humanos, pero sí por los canes. Lo mismo sucede con estos perros que huelen el cáncer en las heces. La técnica parece abocada a construir una especie de tejido sensorial inter-específico en el que al fin percibamos el mundo como lo perciben el resto de los animales. ¿Nos llevará la técnica a una apropiación del noumeno?

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  2. Lo cierto es que seguimos buscando. Quizás de lo poco que haya infinito en nuestro universo sea la búsqueda humana de conocimiento y de sentido, de la misma manera que son infinitos los mensajes que podemos contruir con nuestro lenguaje, con los finitos veintitantos fonemas que lo compongan, para intentar expresar nuestra infinita ignorancia.
    Volviendo al tema, quizás con tecnologías intermedias viviríamos en un mundo menos arriesgado y menos abocado a tantos peligros como hoy día.

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