Camina plácido entre el ruido y la prisa, y
piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.
En
cuanto sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las
personas.
Enuncia
tu verdad de una manera serena y clara, y escucha a los demás, incluso al torpe
e ignorante, también ellos tienen su propia historia.
Evita a
las personas ruidosas y agresivas, ya que son un fastidio para el espíritu.
Si te
comparas con los demás, te volverás vano y amargado pues siempre habrá personas
más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta
de tus éxitos, lo mismo que de tus planes.
Mantén
el interés en tu propia carrera, por humilde que sea, ella es un verdadero
tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.
Sé cauto en tus negocios, pues el mundo está
lleno de engaños.
Mas no
dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe, hay muchas personas
que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales, la vida está llena de heroísmo.
Sé
sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto, y no seas cínico en el
amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la
hierba.
Acata dócilmente el consejo de los años,
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva
la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas,
muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre
una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.
Tú eres
una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas, tienes
derecho a existir, y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo
marcha como debiera.
Por eso
debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de Él, y sean
cualesquiera tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz con tu alma en la
bulliciosa confusión de la vida.
Aún con
todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso.
Sé cauto,
esfuérzate por ser feliz.
Este texto, que conozco hace tiempo, me parece maravilloso y una buena guía para la vida, aunque en ocasiones sea difícil de seguir. Su mensaje es tan positivo que tendríamos que utilizarlo como nuestra oración de cada día.
ResponderEliminarGracias, Antonio.
Citando a Kant, como no somos santos ni héroes, sí está en nuestras manos intentar lo más posible y lograr lo que se pueda. Respecto a esas u otras propuestas que consideremos valiosas en sí mismas.
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