Marc Sautet au Café des Phares (Paris 1994) Photo: Wolfgang Wackernagel

miércoles, 11 de mayo de 2022

Sobre la resiliencia


Café Filosófico en Torre del mar 1.4

05 de mayo de 2022, Taberna El Oasis, 18:00 horas

¿Qué pensáis que habría sido de Heracles si no hubiesen existido un león y una hidra y una cierva y un jabalí y unos cuantos hombres malvados y salvajes, a quienes él expulsó y barrió del mundo? ¿Qué habría hecho si no hubiese existido nada de eso? ¿No es verdad que se habría dedicado a dormir, bien arropado? Así que, para empezar, no habría llegado a ser Heracles, toda la vida adormilado en tal molicie y sosiego. ¿Qué utilidad habrían tenido sus brazos y toda su fuerza y su firmeza y su nobleza, si no le hubiesen movido y hecho actuar tales peligros y situaciones?

    Epicteto

¿Cómo ser resilientes?

El amor como mejor se expresa es amando. En un reciente Taller de filosofía estuvimos viendo cómo el amor es amar y no: ser amado. Una cualidad esencial del ser humano que se expresa de muy diversos modos... Y dio comienzo el encuentro preguntando a los que allí estaban: para ti, ¿qué es amar? Y aportaron las notas propias de esta capacidad de amar, cada cual desde su propia experiencia: confianza, cuidado, poesía, alegría desde el corazón, entrega de lo mejor que soy, aceptar, comprender, dulzura sentida, empatía, respeto, vida, atención a las necesidades del otro, sin obviar las propias, bondad, admiración... Muchos son los riesgos que se derivan de un amor egocentrado, narcisista o infantil. Ejercitémonos en el verdadero amor... dándolo y aprendiendo también a recibirlo.

Más allá del sentido de la vida, de la amistad, de la pertenencia... en el entre de la reunión estaba pugnando por aflorar con fuerza la temática de la resiliencia. Puede que sea un tema algo técnico, pero más acá de su nombre, aquello que trata de recoger dicho concepto psicológico lo hemos observado en multitud de casos y, por lo general, también en nosotros mismos: una fuerza interior, capaz de afrontar los momentos difíciles de la vida. Siempre que no se frivolice, si está de moda actualmente será que se necesitaba. Hemos accedido a la conciencia de la importancia del buen manejo de nuestras emociones. Algo que ya se sabía desde antiguo, al menos desde las escuelas helenísticas, pero que quizás teníamos algo arrumbado en el desván de la razón, que parecía la dominadora. La palabra latina de la que deriva (resilio) significa: volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar. En el campo de la física y la química se refiere a la capacidad de un material para volver a su estado inicial, después de ser sometido a una fuerza que lo deformaba.

Los participantes se aprestaron a dar contenido a este concepto, desde su experiencia vital. Y destacaron estas cualidades: capacidad de adaptación a lo nuevo, fortaleza, capacidad de superación, resistencia, capacidad de lucha, de confianza en la realidad y en las propias posibilidades. Pero les preocupaba: ¿cómo ser más resilientes? Entendiendo por “resilientes”, una virtud sobre todo individual, que se puede expresar socialmente (aunque sea de un modo figurado), y que poco a poco hay que ir incorporando en nosotros, como un hábito, como ha de suceder con toda virtud, como diría Aristóteles, a modo de aprendizaje o entrenamiento, a veces con la ayuda de otras personas. Pues bien, ¿cómo desarrollar esta virtud? Ellos y ellas te dan algunas claves, acerca de las cuales tú mismo tendrías que ver su utilidad y decidir si lo practicas.

Aprender a ver el lado bueno de las cosas, atreverte a romper tus hábitos anteriores para responder de una manera nueva a los retos de la vida, sin duda, adquirir nuevos recursos (también en la forma de nuevos conocimientos o formación), tomar conciencia (muy importante) de lo que sucede o te sucede, aceptarlo y buscar los medios para mejor resolverlos, pero no angustiarse, dar tiempo al tiempo, relativizar tus propios problemas, casi nunca son tan importantes, amar (como se decía al principio de este relato) y valorar cada cosa de la vida, pequeña o grande, y lo bueno que te puede ofrecer, las nuevas oportunidades que se te ofrecen, ser generoso con tu propio esfuerzo, no escatimes, da de ti siempre lo máximo que puedas dar en cada momento, fabricarse uno una pequeña autodisciplina para llevar a cabo lo que hemos considerado que es lo mejor en esa situación, y confiar... en que todo se irá resolviendo, poniendo de mi parte, y no dejes de amarte a ti mismo, tienes mucho que mostrar y que ofrecer; finalmente, incorpora todo esto en tu vida como un hábito, germen de la verdadera virtud. Para los griegos, virtud significaba: el desarrollo excelente de la cualidad propia de un ser. Ya poseemos las cualidades que necesitamos, puesto que estamos vivos y vivimos, tan sólo hace falta desarrollarlas. ¡Y el grupo te anima a ello!




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