Marc Sautet au Café des Phares (Paris 1994) Photo: Wolfgang Wackernagel

viernes, 24 de abril de 2020

¿Estaremos sometidos a un mayor control social?


Imagen| Ignacio Bosque
Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio.
Kant
La pregunta que los participantes quisieron plantearse, pasada la cuarta semana de confinamiento social, verbaliza un arraigado temor que recorre algunas conciencias críticas, en estos tiempos de tantas y nuevas tecnologías de la información, cada vez con mayor alcance y capacidad de control ciudadano. Todos conocemos ya los peligros. Todos los hemos presenciado a través de abundantes relatos distópicos. Y la sospecha no es sólo que eso, que hemos visto nacer y desarrollarse a través de la literatura y el cine, pueda pasar, sino que dichos relatos nos dan que pensar si, a la vez, no orientan el desarrollo científico-técnico mismo, generando expectativas y deseos, cuando son utópicos, o bien aceptación resignada, cuando son distópicos. Y se dice: este es el futuro que nos espera. Así pues, la pregunta relevante que sea capaz de orientar adecuadamente nuestra inquietud, ha de incidir necesariamente, también, en nuestra capacidad de control como ciudadanos. ¿Estamos preparados, desde nuestra conciencia ética y política actuales, para regular adecuadamente todo el flujo de información y de medios técnicos que parecen arrastrarnos? ¿Lo están nuestras estructuras políticas y sociales? Si te preocupa –o si quieres constatar que no hay de qué preocuparse– aquí tienes la ocasión para poder pensarlo junto a este nutrido grupo de personas que, sin tener nada mejor que hacer, decidieron conectarse a través de una plataforma virtual y dialogar juntos sobre ello. ¿Afectará este hecho (pensar la tecnología a través de la tecnología) a la discusión? Lo veremos.

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Café Filosófico desde Vélez-Málaga (11.9), 17 de abril de 2020, a las 17:30 horas, Sala on line, Google Meet: https://meet.google.com/ubs-unzn-nfq

jueves, 23 de abril de 2020

Librerías llenas de libres...



A Pepe Zafra


La libertad está hecha de lugares interiores. Es entrar en una habitación y que todo haya sido realizado. Es una sensación confortable, generosa y de luz dorada color blanco. Que lo mismo dé sentarse en un sitio que en otro sitio, o mirar por  ventana. La libertad no es lo que queda por hacerse, es lo que ya ha sido hecho, pensado o dicho, asumido como propio. Donde ningún tirano tiraniza. La libertad es una habitación propia, descubrió una mujer antes que un hombre. Una habitación habitada, abierta de ventanales que dan al horizonte. Su paredes, traslúcidas, retienen y no retienen, quieren ser y ya existe. Está repleta de estanterías, desordenadamente ordenadas. Un orden propio. Elegido ya, como esta combinación única de lenguaje que ahora escribo, que me expresa al yo expresarme. En cada estante una posibilidad, en cada línea una vivencia. Abres un libro y desaloja un sitio en tu cabeza, donde cabe un ancho mar y la montaña sobre las nubes. Sin saberlo, has ido a parar a tu sillón de costumbre. Conviene estar preparado. Pueden amanecer tempestades y los sembrados de pinos ser tan altos, tan lejanos los senderos, que haya que descansar de la jornada. Y de nuevo un día, cuando suene la campanilla de la puerta, respondiendo al empuje de tu brazo, quizás te acuerdes de aquel celebrado dicho de Joan Margarit: la libertad es una librería... si has aprendido a estar solo. Si te has liberado de deseos y de modas. De las prisas. Esos complejos temores que te impidan levantar la vista por los pasillos. Navegar como en un barco sin timón... Adónde te llevará es la única pregunta, de cuya mano merece la pena entrar en una librería, el lugar de las vidas resueltas. El lugar donde se elaboran libertades, capa a capa, con todo el material que tú te has traído. Con él sientes detrás de la mente y del cerebro, por la espina dorsal como tu eje, un escalofrío.

miércoles, 15 de abril de 2020

¿Qué podemos aprender ahora?


Imagen| Ignacio Bosque
(…) no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Sabemos muy bien, antropológicamente, que la supervivencia humana se ha basado en la capacidad de aprender conductas nuevas, en un mundo de circunstancias siempre cambiantes. Un sistema de respuestas adquiridas y transmitidas socialmente, eso conforma básicamente una cultura. No somos el único animal capaz de generar cultura, pero no hay otra cultura igual a la humana. No juzgamos si mejor o peor… ahora no podemos. Más compleja… quizás. Con la subsiguiente e ilusa conclusión de que creemos que ya somos independientes de la naturaleza. Así que, durante el largo rato que duró este tercer Café filosófico on line, los que participaron supusieron que “aprendemos”, otra cuestión sería cómo aprendemos, qué tipo de aprendizajes o si olvidamos fácilmente lo aprendido. La diferencia, lo crucial ahora, es que la humanidad se ha de enfrentar a una crisis de supervivencia no vista desde hace mucho, quizás una crisis única, al ser más global que nunca su alcance. Y no se trata, sólo, de la pandemia que nos asola planetariamente, ya había otras crisis: ecológica, migratoria, nuclear, tecnológica, terribles hambrunas y desigualdades, crisis sistémicas, económicas, del modelo capitalista predominante, crisis de valores y de sentido… en fin, no seguimos. Y virus mortales, extendidos por la faz de la Tierra, también.
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Café Filosófico desde Vélez-Málaga (11.8), 10 de abril de 2020, a las 17:30 horas, Sala on line, Google Meet: https://meet.google.com/ubs-unzn-nfq

sábado, 11 de abril de 2020

POROS (Y PENIA) 3

Poros (y Penia) 3

Imagen | Ignacio Bosque

Ahí reconozco a un ser humano, por su abrazo. “Las extremidades superiores apresan los cuerpos entrelazados durante unos segundos”, señala el observador extraterrestre. Y ahí reconozco a un ser humano, porque se besa con otro ser humano, besándose a sí mismo. “Las partes carnosas de la boca exterior presionadas mutuamente”, parece comprender el observador imparcial. ¡Qué gesto más inútil! Ahí reconozco a un ser humano, por la risa. “La risa deforma las facciones y hace que los hombres parezcan monos”, reprime su risa el venerable Jorge. ¡Qué costumbres más prescindibles! La mente piensa y el cuerpo se reproduce. ¡Qué más hace falta! Que los dedos sean digitales, y los rostros, ¿cuál es la diferencia? Mientras el cuerpo produzca y se reproduzca... Mientras la mente calcule y administre mundos intercambiables... Mientras los dispositivos retransmitan y reciban la información puntualmente... Aquí me tenéis. Yo que ya había aprendido a abrazar. Yo que ya había aprendido a expresarme, a través de los gestos las emociones... y ahora no podemos.

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jueves, 9 de abril de 2020

¿Es importante fijarse metas?


Imagen| Ignacio Bosque
Hay una enorme diferencia entre la vida y la tecnología. La vida es autógena: se re-crea, se crea a sí misma. Y aquí el verbo clave es el de «crear». La tecnología re-produce la vida, es decir, la vuelve a producir. El verbo clave: «reproducir»
Luis Sáez Rueda
¿Ponemos nuestra meta en el vivir mismo o en el modo tecnológico de vivir nuestra vida? Esto nos toca bajo la piel, en este estado de confinamiento forzoso… Señala hacia la dirección en que hemos decidido, quizás inconscientemente, por costumbre, mecánicamente, conducir el día a día, sin la actividad exterior, muchas veces frenética, que solíamos. ¿Necesitamos de la constante información o desinformación, el acompañamiento permanente del entre-teni-miento y la evasión diarios a través de sucesivas pantallas? La distinción que nos propone Luis Sáez Rueda –analista hondo y muy sensato de la realidad contemporánea–, se nos muestra decisiva: crear y recrearse, o bien, reproducir sin límites una ficción de la vida, producirla y, ahora que no podemos de igual modo, reproducirla, lo más parecido a la vida anterior, que ahora añoramos como si hubiera sido plena… Y, mientras tanto, dis-traerme, deseando que pase la mala hora y nos parezca cuanto más corta mejor, esta no-vida de ahora. Habremos de volver sobre ello, pues en este segundo diálogo filosófico (on line) era éste uno de los muelles donde amarrar sensaciones… Y, aparentemente, un contrasentido: también nos servimos de la tecnología en este encuentro… aunque, para encontrarnos y tratar de re-crearnos juntos, cada uno. He ahí la diferencia.

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-Café Filosófico desde Vélez-Málaga (11.7), 3 de abril de 2020, a las 17:30 horas, Sala on line, Google Meet: https://meet.google.com/ubs-unzn-nfq

miércoles, 8 de abril de 2020

POROS (Y PENIA) 2

Poros (y Penia) 2
Imagen | Ignacio Bosque

La lluvia nos encalma, ahora que es domingo por la mañana y amanece. Ahora que nada hay que hacer y todo ha sido ya saldado. El cuerpo su sueño y, su digestión de la intemperie atrasada, la mente subconsciente. Integrada la posibilidad de vivir a nuevas. Pero toca levantarse... Hay que volver a hacer para poder volver a hacer. Dura poco la quietud, la breve sensación liberada se agota en sí misma, por la reproducción diaria de los sucesos ficticios. La lluvia transfigura, de improviso, todo el acontecer en algo fastidioso y evitable. Ay, si pudiera llover ahora sí ahora no. El aguacero va calando en los huesos, el esqueleto de la costumbre, rehaciendo el edificio de los deseos. Aquella infancia que juega, toma conciencia y juega con todas las posibilidades abiertas. Silencio... En un instante sin tiempo, el planeta se siente concernido y ha lanzado su órdago extra-ordinario. La infancia recuperada. Mientras se estrellan contra la acera las canales, restos de una lluvia intempestiva, el calor autógeno del cuerpo nos envuelve con su manta. El secreto desnudo de todos los olores. Estamos tan a gusto. Y despertamos a la memoria. No hay nada que tengamos que hacer, salvo a la vida dejar vivir. El suave precipitado va liberándose de su fuente, cada gota en cada célula se vuelve una aliada. Nada hay que hacer que deba ser hecho, salvo respirar... Descansamos con el planeta.

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viernes, 3 de abril de 2020

¿Se puede vivir con miedo?

Café filosófico: ¿Se puede vivir con miedo?

Imagen| Ignacio Bosque
porque el héroe se hace con el miedo / sobre todo su miedo / a partir de su miedo / se hace héroe el héroe / ahuecando el miedo / y llenándolo de acción / para entumecerlo / haciendo tiempo en lo hermoso / haciendo tiempo en lo vivo.
Chantal Maillard, Escribir
El café filosófico previsto del mes de marzo hubo de anularse, todos pueden pensar por qué; y se ha retomado on line una semana después, todos sabemos por qué. Si la filosofía ha de estar presente, éste es nuestro presente, aquí y ahora, una pandemia que nos ha confinado forzosamente en casa a la mayoría, los más afortunados. Algunos ni tienen dónde recluirse, mientras que otros se juegan la vida a diario, para que la supervivencia sea posible sin demasiados sobresaltos. Todo un experimento social y toda una experiencia personal, donde la filosofía tiene que poder jugar un papel importante. La filosofía, especialista en crisis, en vivir la incertidumbre, la duda, el cuestionamiento constante, el no conformarse, la desidentificación… en suma, la búsqueda de cómo somos, ahondando en quiénes somos. De igual manera, nuestro veterano café filosófico, dentro de sus limitaciones, adaptándose, ahora a través de una pantalla.
Pónganse cómodos –zapatillas y pijama o chándal–, pongan a punto su café u otra cosa y nos vamos… para llegar. El espacio filosófico está despejado… no hay peligros que nos acechen, tan sólo técnicos. Un espacio de diálogo filosófico y, si es un diálogo, interactivo. Los participantes colaboran para hallar algunas respuestas básicas, sobre aquello que más les concierne en un momento dado. Éste de ahora. Dialogar no es acumular opiniones, no es exponer una tesis a través de una minicharla, tampoco tratar de convencer a nadie ni ganar alguna batalla, o contar mis batallitas. Más bien, la coordinación de varias mentes, colaborando, investigando juntas, que buscan lo mejor de que son capaces, orientando su trabajo hacia el bien y la verdad… Si conviene a todos, me conviene a mí mismo y viceversa… A mí mismo en el fondo, desde el fondo, no a cualquiera de mis personajes.

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Café Filosófico desde Vélez-Málaga (11.6), 27 de marzo de 2020, a las 17:30 horas, Sala on line, Google Meet: https://meet.google.com/ubs-unzn-nfq