Estos
tiempos generan individualismo y visión corta. Ombliguismo. Quizás
por eso, nos cuesta trabajo adquirir una visión más universal de
los asuntos y de la propia vida. Todo lo vemos diferente, exclusivo.
Y por supuesto, lo que a mí me pasa, lo que yo pienso y siento, no
le pasa a nadie. ¡Que no me confundan! Así, no es raro que algunas
personas tengan algunas dificultades para moverse entre líneas,
navegar entre los distintos niveles. Les hace falta algo de
entrenamiento, para pasar de universal a lo particular -sin perder
toda su profundidad- y de lo particular a lo universal - con todos
sus matices-. Una manera de desarrollar esta habilidad es a través
del ejercicio filosófico, la filosofía practicada juntos. Pongamos
por caso la pregunta de aquella tarde: ¿Por qué estoy aquí? No es
difícil que se centre la respuesta en el yo que está supuesto ahí,
en la pregunta, convirtiéndose la respuesta en una respuesta
egocentrada, incapaz de ver más allá de sí misma, de sus muchas
preocupaciones mundanas actuales. Sin embargo, lo cierto es que
¡todos estamos aquí también! Algo compartiremos, algo podremos
comunicarnos, algo podremos entendernos y ayudarnos mutuamente.
Quédate, entonces, con nosotros. Tamaña pregunta metafísica tendrá
un desarrollo mundano a tu alcance, de manera que puedas estar en ti
y, al mismo tiempo, salir de un poco de ti, hacia el horizonte que te
ofrecen estos participantes del séptimo café filosófico de la
temporada.
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