Café
Filosófico en Vélez-Málaga 7.2
13
de noviembre de 2015, Cafetería Bentomiz, 17:30 horas.
“No lastrar
al otro con la propia oscuridad, no dominarlo, no usurparle la libertad, no
inflingirle el daño que supondría mermarle su posibilidad de autodeterminación.
Que la sombra se proyecte, vertical, sobre uno mismo. De ese modo se alcanza
también la fidelidad respecto a sí y la auto-responsabilización. El
reconocimiento del otro y su consideración como fin (y no como medio) arraiga
en este desafío con que el ser humano se encuentra en la existencia. Es un dar
que tiene que surgir de una disciplina respecto a sí: no cegar al otro a causa
de la propia oscuridad”.
El ser
errático
“Imperativo
cenital: Actúa de modo tal que dejes ser en ti la lucidez y valor necesarios
para que la sombra de tu locura carencial recaiga sobre ti mismo [y no sobre
los demás]”.
El ocaso
de Occidente, Luis Sáez Rueda
¿Cómo podemos convivir mejor en la diferencia?
En realidad, cuando hablamos a otras
personas —cuando hablamos con otras personas— estamos hablando de nosotros
mismos. Y es muy cierto. ¿Lo habéis experimentado? Lo mismo que decimos que vemos
el mundo no como es sino como somos, así ocurre cuando vemos a los demás,
que son parte de dicho mundo, nuestro mundo. Durante un café filosófico esto
puede quedar muy patente y es posible extraer de ello todas sus virtualidades. Cuando
hablamos exponemos nuestro interior, lo que somos. Es un modo de realizarnos,
de realizar lo que potencialmente está dentro de nosotros mismos. Pero también
es un medio por el cual nos enriquecemos unos con otros. Dicen los
participantes habituales que ésta es una de sus principales motivaciones para
venir a un café filosófico. Nos enriquecemos y nos exponemos, pero al exponernos
al espejo de los demás —que nos devuelve nuestra propia imagen reflejada—,
somos más conscientes y esto nos ayuda a avanzar en nuestra propia realización
personal. Os invita este cronista a contemplar el círculo que es toda
interacción humana, anudando el principio de este relato con su final. Tú estás
en el otro, pero el otro también está en ti: “Mas busca en tu espejo al otro, /
al otro que va contigo, decía Antonio Machado. Va de suyo que este relator
escribe también como es, en este preciso momento. Todos vamos aprendiendo.
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